El Tucsón Hispano

Decreto de la fundación de Tucsón
Ya conocemos la historia de Tucsón, Sonora, antes de  que fuera Tucsón, Arizona. A pesar que su ocupación se remonta muchos años en el tiempo, la fecha oficial de su fundación ocurrió el 20 de agosto de 1775 cuando el Capitán de ascendencia irlandesa, Hugo O´Connor, también conocido como El Capitán Rojo debido al color de su cabello, fundó el Presidio de Tucsón para contener a los Apaches, tarea en que destacó de inmediato el asentamiento. Desde los 1790´s hasta finales de los 1820 floreció la economía de la región como consecuencia de este freno a las depredaciones.

Los campos de Tucsón producían 600 bushels de maíz y 2,800 de trigo anualmente que, para 1804, sostenían a una población de alrededor de 1,015 almas distribuidas entre el Presidio de Tucsón, la aldea pimana que había cruzando el río, y la ya entonces antigua misión de San Xavier del Bac.

Después, al concluir la década de 1820 y por treinta años más, como consecuencia de la Guerra de Independencia de México y de los desajustes en la economía, se reanudaron las hostilidades de los Apaches, lo que llevó al abandono de todos los ranchos y poblados de la región, y aunque continuó estando ocupado Tucsón, Tubac estuvo deshabitado por cierto tiempo en 1848, aunque no duró desocupado, como se lee más adelante.

Cerro Colorado
Por otro lado, durante la década de 1840 los mineros anglos empezaron a incursionar a la región y diez años después se habían desarrollado varias minas, y aunque desde su fundación la economía tucsonense estuvo enfocada en actividades mercantiles en vez de extractivas, Tubac se había convertido para entonces en la base de operaciones de las nacientes minas regionales como Cerro  Colorado, hacia Arivaca, o al Este alrededor de las montañas Patagonia, poblado que no existía aún, aunque en esa región se fundaron minerales como Harshaw, Washington, etc. 

Ubicación de Harshaw

Es decir, la población  tucsonense, eminentemente mexicana, estaba formada por carniceros, barberos, leñadores, vaqueros, etc. mientras que los dueños de las minas y los supervisores eran anglos que vivían en Tubac.

Así ocurrió la compra de la Mesilla en 1854 cuando Tucsón pasó a quedar bajo la posesión estadounidense. La acompañó la llegada de anglosajones que venían con la idea de formar su futuro, aprovechando que Tucsón fue desocupado por las fuerzas militares mexicanas en 1856. 

El censo federal de 1860, nos dice que Tucsón contaba con una población de 168 angloamericanos, mientras que los mexicanos constituían la abrumadora mayoría con 653 almas, aunque para entonces los anglos ya eran dueños de $502,680 dólares en propiedad personal y de bienes raíces, comparados con los $72,725 de los mexicanos. Esto se debía a que ya entonces los anglos realizaban los mejores trabajos. Por ejemplo, únicamente el 26% de los anglos trabajaban en actividades no calificadas, mientras que de los mexicanos, 119 (o el 49%) realizaba estas actividades. Esta estructura dominaría a esa población hasta el inicio de los 80, cuando el ferrocarril la cambió radicalmente.

Esteban Ochoa
Pero antes, como ya lo he dicho, la estructura económica tucsonense estuvo eminentemente dedicada al comercio. Nadie ejemplifica mejor esta estructura que Esteban Ochoa, un nativo de Chihuahua que, de niño, acompañaba a su familia en las caravanas que llevaban mercancía de Chihuahua a Missouri y en las que aprendió el Inglés y los secretos del comercio de larga distancia por flete.

Después, cuando Esteban alcanzó una edad algo mayor, llevarían mercancía a Tucsón desde Guaymas, viaje que, por supuesto, los obligaba a pasar por el entonces lugar despoblado del Rancho  Los Nogales (que es donde se encuentra esta población), o bien a y desde Yuma o Missouri, o también, rumbo al Sureste de Tucsón, enviando mercancía al río Sonora, viaje en el que tenían que pasar la frontera por Ochoaville, que fue un poblado fundado por Esteban Ochoa  mismo, poblado  que estuvo ubicado inmediatamente al Norte del cruce internacional del río San Pedro.



Además, Ochoa incursionaría en la política, y sería electo varias veces como legislador territorial, y en 1875 fue mayor de Tucsón.

Otra de las actividades apoyadas enormemente por Ochoa fue el de la educación, al grado de que él, de su propia bolsa, construyó la escuela de la Calle Congreso. Igualmente, apoyó el rechazo a las leyes arizonenses de discriminación racial, como la de prohibir que personas de habla no inglesa participaran como jurados, y apoyó inclusive que todas las resoluciones legales, así como sus leyes fuente deberían ser publicadas en forma bilingüe.

Ignacio Bonillas en su juventud
Otro personaje más que nos ilustra sobre el Tucsón de aquellos años fue Don Ignacio  Bonillas. Nacido en San Ignacio, Sonora, cerca de Magdalena en 1858, a los 12 años de edad fue llevado a la escuela de Tucsón por sus padres. Poco después lo tomó bajo su abrigo el Gobernador territorial de Arizona, Anson P K Safford, quien se casó con la hermana de Bonillas, y en 1875 fue nombrado maestro de la escuela local tucsonense, en donde trabajó por seis años mientras juntaba dinero para seguir estudiando.

Durante este periodo, se involucró en el club Unión, una de las más antiguas organizaciones mexicanas regionales, y fue escogido para pronunciar el discurso durante el aniversario del grito de Dolores, en 1878. 

Por cierto, en una telenovela mexicana más o menos reciente, Senda de Gloria, se le describe como un agringado que ni siquiera hablaba español, lo cual es totalmente falso commo verenos en otro artículo posterior de esta serie.

La realidas es que Bonillas fue de los primeros mexicanos que dominaron ambas culturas e intentaron conseguir el justo reconocimiento estadounidense a lo nuestro. Pero el espacio se me agota, así que continuaré en el siguiente…

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