Un Asalto bancario a Nogales, Arizona

Estamos cubriendo el proceso de pacificación que acompañó la fundación de Nogales en 1884. En el artículo anterior vimos cómo los Apaches de Gerónimo se enfrentaron a los ciudadanos de aquel tiempo. Ahora lo haremos con el siguiente suceso, cronológicamente hablando, en el  proceso de logar la paz para desarrollar económicamente a la región. 

El 1 de agosto de 1896, una Banda de Forajidos dirigida por William  Christian, se reunía con Ed Roberts, un ganadero del Río San Pedro, quien había planeado robar el dinero que costaba la multa por importar ganado mexicano. Su intención era robar el dinero que el mismo Roberts había depositado en el banco International de Nogales, unos $10,000.

 El banco International estaba ubicado en Nogales, Arizona, en un edificio de ladrillo de dos pisos en el que también había una tienda de abarrotes, situado sobre la Calle Morley, a unos pasos de la frontera, en o por donde estuvo la tienda Kress, e igualmente vecino del Monumento Internacional 122, que entonces no existía, pero que marca, al igual que su antecesor, la frontera en el Arroyo Los
Black Jack
Nogales.

Y así fue, el  6 de agosto los empleados del banco se preparaban con el dinero del retiro bancario de Roberts, que tendría lugar ese día a  la 1 PM. El Presidente del Banco, John Dessart hizo sacar el dinero de la caja fuerte del banco para prepararlo para su entrega.

Poco después de las 12 PM. entraba la banda de cinco forajidos al pueblo; iban a caballo a un lado de la vía del ferrocarril que recorre, al igual que entonces, a ambas poblaciones de Sur a Norte. El Jefe de la banda, William Christian, de 25 años recién cumplidos, a quien se le conocía como Black Jack debido a lo volátil de su carácter, iba acompañado de George Musgrave y Bob Hayes, los que desmontaron y entraron al edificio, mientras que Bob Christian hermano mayor de Black Jack, y Code Young se quedaban en el exterior, a cuidar los caballos.

Adentro del banco el cajero, que también era el Mayor de la población, Fred Herrera, estaba sentado detrás del mostrador, mientras que John Dessart se ocupaba detrás de otro, haciendo números, tal vez relacionados con aquella transacción monetaria.

Después de entrar al banco, Hayes cubrió al cajero mientras que Black Jack hacía lo propio con Dessart, y Musgrave se dirigió tras el mostrador con un saco para poner el botín. En eso estaban, cuando vieron que llegaban otros cuatro clientes al banco.

Eso distrajo a los ladrones, lo que aprovecharon los empleados del banco e intentaron huir. Black Jack golpeó e hirió en la cabeza con su rifle a Dessart, aunque éste salió corriendo del banco de todos modos. Su intención, era decirle a Herry  Lewis a quien alcanzó a ver, que consiguiera a la policía, cuando Black Jack lo amenazó con su pistola, diciéndole que no llamara a nadie.

Fue entonces cuando llegaba también al banco el Mayor del ejército A. O. Brummel al banco, lo que provocó que se descuidaran los demás bandoleros,  lo que fue aprovechado por los recién llegados para escapar. 

El Mayor Fred Herrera, sacó su revólver del escaparate y le disparó sin darle, primero a Hayes, y luego le disparó a Musgrave, dándole en la rodilla.  Hayes corrió, tropezándose con  Black Jack, y así fue cómo escapararon todos los empleados bancarios, 

Mientras huían, Frank King, un inspector de aduanas que pasaba, también disparó e hirió a los caballos de Musgrave y de Black Jack. Este jaló a Musgrave y los cinco escaparon en cuatro caballos, mientras que la bestia de Musgrave corría detrás de ellos.

Pasaron frente al hotel Montezuma (situado exactamente frente a  donde hoy está la plaza municipal), y poco más adelante frente a la  Compañía de Luz (tambien localizada frente a la antigua Escuela Pierson, que entonces no existía), de donde también les dispararon, y más allá, otros dos nogalenses, ya en las afueras del pueblo igualmente les dipararon, todos sin suerte, aunque los bandidos se encaminaron por el cañón que sigue la actual carretera a Patagonia. Ninguna bala acertó, con la excepción de algunas que hirieron a los animales, mientras que los periódicos dirían después que no se perdió ni un centavo. Sin embargo, la voz popular propaló entonces que las pérdidas por ese robo bancario lograron ser hasta de $40,000. El espacio se me termina, por lo que en el próximo concluiré esta reseña.

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